viernes, 24 de junio de 2016

Brasil y su Educación actual

No es un secreto que la educación en latinoamérica no está en sus mejores niveles. Todo lo contrario, y un caso que preocupa es el de Brasil. Brasil tiene importantes problemas con su educación actual y Gabriel Mongi aporta números más que interesantes para conocer en profundidad la situación del país vecino y, de paso, mirar de reojo al nuestro.


Un estudio sobre la educación en Brasil, demostró que el porcentaje de analfabetos funcionales, está en el 68%, y la franja etaria que abarca va de los 15 a los 64 años. Los analfabetos funcionales, son aquellos que pueden leer con grandes dificultades. Hay además un 7% de analfabetos totales.

Esta alarmante realidad arrojada por los números de la tasa de alfabetización, confirma que la mayoría de los brasileños en condiciones de votar, apenas distinguen palabras y frases cortas. Siendo incapaces de comprender cabalmente el significado de un párrafo de diez líneas.

Estos números reflejan una situación que se viene profundizando y parece difícil de detener. Mientras los políticos se acusan entre ellos y nos llenan los oídos de propuestas vacías, nuestros hijos crecen en una sociedad cada vez menos alfabetizada. Esto sucede en toda la región prácticamente, pero Gabriel Mongi nos muestra cómo afecta al caso puntual de Brasil.

La educación en Brasil está configurada en dos niveles, el básico que abarca once años, de los cuales sólo ochos son obligatorios, y el superior. La educación infantil (0-6 años) no es obligatoria. El nivel básico se divide en primer grado, que va desde los 7-14 años, y el segundo grado de 15-17 años. Este nivel debe proporcionar los elementos básicos para progresar en el trabajo y los estudios posteriores.

En países como Brasil, o también en Bolivia o Perú, el factor racial todavía genera inconvenientes a la hora de educar de manera justa y pareja. Dentro de los analfabetos totales, el 66% son de color, y el 28% son de raza blanca.

La educación en Brasil está íntimamente ligada con la participación de los ciudadanos, ya que la capacidad de comunicarse, informarse, rendir cuentas, planificar, reivindicar, es la que permite esta participación.

Desde aquí creemos firmemente que los jóvenes de la región son el futuro, por lo que debemos ocuparnos e invertir en su educación. Todos debemos colaborar para que esto suceda y los políticos deben dejar de mirar sus ombligos y comenzar a desarrollar políticas que se encarguen de emparejar esta situación y promover una educación digna para todos, sin importar procedencia o color de piel.

Es significativo que en un país tan importante, apenas el 26% de la población, tenga pleno dominio de la lectura. El gobierno mantiene una deuda con la educación en Brasil, ya que más de la mitad de la población, no alcanzó siquiera a terminar la escuela primaria.

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