lunes, 23 de mayo de 2016

Brasil: Suspenden a Dilma ¿Y ahora?

En este artículo Gabriel Mongi nos explica el futuro de Brasil a partir de la suspensión de Dilma Rousseff. ¿Cómo sigue el asunto? ¿Quién es Michel Temer? ¿Es democrático lo que está sucediendo?

El 12 de abril pasado, casi una semana antes de que la Cámara de Diputados realizara la primera votación para permitir el enjuiciamiento Rousseff, la mandataria denunció la existencia de una grabación en la que Temer daba como un hecho su impeachment.
Para ella, se trataba de una prueba irrefutable de la existencia de una conspiración contra su gobierno y acusó a su vicepresidente de ser el "jefe de los conspiradores". Esto trajo varias discusiones y dudas, principalmente sobre quien es su reemplazante hasta el fin del mandato si Dilma es considerada culpable.



Temer negó las acusaciones, mientras sus partidarios lo defendieron con el argumento de que el político de 75 años sólo se preparaba, responsablemente, para una eventualidad que podría posicionarlo en la presidencia. Difícil de creer pero por el momento no hay nada que compruebe una conspiración y Temer es el nuevo Presidente interino de Brasil.

Temer era la principal ficha del centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) en la coalición que llevó a Rousseff a la presidencia en 2010 y 2014. El PMDB es, por número de diputados y senadores, el partido más grande de Brasil. A pesar de esto, no ha tenido candidato propio a la presidencia desde 1994.

"Si bien en la historia moderna brasileña hubo otros roces y tensiones entre presidentes y vicepresidentes, muchos aquí coinciden en que el nivel de hostilidad que alcanzaron Rousseff y Temer es totalmente inusual", según expresó el corresponsal de BBC Mundo en Brasil para ese medio, Gerardo Lissardy.

Se destaca el bajo nivel de apoyo popular con el que cuenta el nuevo presidente interino de los brasileños. Efectivamente, según estudios de la encuestadora Datafolha previos a la suspensión de Rousseff, solamente el 2% de la población votaría por Temer en una elección presidencial, mientras que el 60% pide su renuncia. Y un 58% opina que el vicepresidente también debería ser sometido a un juicio político.
Toda esta situación tiene intranquila a la población basilera. No hay nada más desesperante para un país que transitar un período político tan inestable, con la posible destitución de mandatarios elegidos democráticamente por el pueblo. La corrupción alcanza a la mayoría de los países del mundo y, por lo general, solo detalles separan las sospechas de la visibilidad de estos hechos. En este caso, Dilma deberá ser juzgada y se resolverá el futuro del gobierno a partir del juicio político. Por el momento el presidente será Temer, alguien que no fue elegido ni lo sería, según las encuestadoras más importantes.

Mongi afirma que Temer tampoco está exento de las sospechas de corrupción. Temer -quien en 2009 fue implicado en un escándalo por financiamiento ilegal a cargo de una de las constructoras involucradas actualmente en la llamada operación "Lava Jato", finalmente desestimado por el Tribunal Superior– no participó, sin embargo, de forma especialmente activa en la primera campaña y no fue muy visible durante el primer gobierno de Dilma. En las últimas semanas existieron varias declaraciones que vinculaban al actual presidente interino en nuevos escándalos de corrupción, pero sin confirmaciones.

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